Residuos de cartón y papel podrían propiciar el crecimiento de micelio fúngico para fabricar placas resistentes, livianas y que sirvan como aislante térmico aplicables en el campo del hábitat, así lo evalúa una investigación que CEVE tiene en curso.

Esta tecnología consiste en reciclar un residuo para alimentar a un hongo filamentoso, que al finalizar el proceso de digestión es deshidratado y se transforma en un material apto para la construcción.

“Cuando decimos apto para la construcción nos referimos a que este material posee propiedades aislantes térmicas, presenta un mejor comportamiento mecánico que aislantes convencionales obtenidos en base a petróleo, es ignífugo y es completamente biodegradable al terminar su vida útil”, señala Natalia Fernández, becaria doctoral de CEVE.

El proceso evalúa la fabricación de biopolímeros mediante un tratamiento con hongos, una propuesta que además busca fortalecer la economía circular en la región.

El biomaterial se cultiva dentro de una incubadora bajo condiciones ambientales controladas,  a partir de mezclas que contienen residuos de cartón y residuos de poda de municipios en combinación con un hongo que actúa como ligante. 

“Luego las placas son deshidratadas en un horno para retirar por completo la humedad y detener el crecimiento del micelio. Una vez secas, pueden ser utilizadas como material aislante interno en paneles para cerramiento de viviendas. Actualmente estamos desarrollando un panel multicapa con aislante de micelio”, cuenta la arquitecta. 

Este desarrollo es parte del trabajo de las áreas Nuevos Materiales y Sistemas y Componentes Constructivos y es parte de la investigación de la beca doctoral de Natalia Fernández con la dirección de Rosana Gaggino, investigadora y directora de CEVE. 

Para ampliar la información recomendamos el siguiente artículo: https://ojs.brazilianjournals.com.br/ojs/index.php/BJAER/article/view/49479/37214

Ver video: https://youtu.be/6F-IZ9ZXa4o