
A contramarcha de la mirada de muchos programas habitacionales estatales que plantean la erradicación las viviendas rurales -comúnmente conocidas como ranchos- como una de las principales estrategias de salud pública para combatir la enfermedad de Chagas, existe un creciente interés por parte de grupos de investigación y profesionales en el estudio de las técnicas constructivas y materiales tradicionales propios del hábitat rural, como un modo de recuperar, revalorizar y promover la arquitectura tradicional vernácula.