
El barrio Villa Siburu, ubicado en el oeste de la ciudad de Córdoba, es el epicentro de un proyecto innovador de ciencia ciudadana. Se trata de un programa impulsado por el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE, CONICET-AVE), que busca mejorar las condiciones habitacionales de la comunidad mediante la integración de ciencia, tecnología y la participación activa de los vecinos y vecinas.
El proyecto de ciencia ciudadana del CEVE “Servicio socio-habitacional, mejoras bioclimáticas en viviendas populares”, procura generar avances en la calidad de vida de los hogares del barrio donde se localiza este centro y promover un espacio de empoderamiento y participación colectiva.
Entre las estrategias para lograrlo, se realizan mediciones de las condiciones higrotérmicas -de temperatura y humedad- de algunas viviendas del barrio, que permiten evaluar y proponer soluciones de mejoras habitacionales.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Programa Nacional de Ciencia Ciudadana que impulsa la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Nación (SeICyT) para promover el desarrollo y el fortalecimiento de estas acciones en todo el territorio nacional.
A su vez, el proyecto del CEVE fue incorporado en un banco nacional de iniciativas de ciencia ciudadana desarrolladas en el país. El “Mapeo de Soluciones: 100 iniciativas de Ciencia Ciudadana Argentina” realizado por la SeICyT junto con el Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), reúne proyectos de investigación científica, colectiva y participativa que generan conocimiento impulsados por distintos tipos de actores, no necesariamente de los ámbitos académicos.
El desafío de la realidad barrial
Uno de los principales retos ha sido conectar con una comunidad atravesada por situaciones urgentes y complejas, como la inseguridad, el narcotráfico y la lucha diaria por la subsistencia. Según la directora del proyecto e investigadora del CEVE, Daniela Gargantini, el mayor desafío radica en hacer visible la importancia de mejorar las condiciones habitacionales y climáticas de las viviendas del barrio, en un contexto donde estas necesidades son percibidas como secundarias ante los problemas del día a día.
“Lo más difícil fue lograr que las familias, que están abocadas a sobrevivir, percibieran que el cambio climático y las condiciones habitacionales también repercuten en su bienestar”, explica la investigadora.
Además, menciona que este obstáculo fue superado con una articulación cercana entre el equipo de investigación y los referentes barriales, mediante talleres y encuentros en los que se abordaban problemáticas como la prevención del dengue, vinculado a las condiciones bioclimáticas de las viviendas. “Así, poco a poco, las familias comenzaron a involucrarse más en estas cuestiones”, dice.
El papel clave de las áreas del CEVE
El proyecto involucra a tres áreas de investigación del CEVE que trabajan de la mano con la comunidad: Gestión Integral del Hábitat, Nuevos Materiales y Diseño Bioclimático.
El área de Gestión Integral del Hábitat ha sido la encargada de realizar el relevamiento y diagnóstico de las viviendas, en un trabajo conjunto con docentes y estudiantes de la Cátedra de Problemática Socio-Habitacional de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba. Junto a los vecinos y vecinas, han identificado problemáticas habitacionales y urbanas, además de organizar talleres comunitarios donde se discuten y proponen soluciones.
Por su parte, el área de Nuevos Materiales, promueve la reutilización de residuos para la producción de componentes constructivos y en el proyecto colabora en talleres con referentes barriales donde se aprenden técnicas de construcción y sostenibilidad. En conjunto con el área de Diseño Bioclimático, brindan capacitaciones sobre eficiencia energética y confort térmico, un aspecto crucial para la calidad de vida de los habitantes del barrio, afectados por las extremas temperaturas del verano y el invierno.
“El objetivo general del proyecto es identificar, junto con las comunidades de asentamientos populares de Córdoba capital, las condiciones habitacionales y urbanas en las que habitan, para co-construir soluciones de mejoras orientadas a la atención directa de las problemáticas de crisis energética bajo parámetros de sostenibilidad”, explica una de las investigadoras del CEVE, María Paz Sánchez Amono.
La experiencia desde la comunidad barrial
Para comprender mejor el impacto del proyecto desde la perspectiva de los vecinos y vecinas, es fundamental escuchar la voz de Juvenal Fuentes, miembro del equipo de Servicio Habitacional y de Acción Social (SEHAS), organización con una vasta trayectoria de trabajo comunitario en el barrio y ha estado participando activamente en las actividades del proyecto. Fuentes destaca la importancia de la movilización y la reactivación de las redes comunitarias a partir del proyecto.
“Este proyecto ha generado una movilización importante en el barrio. Nos ha hecho volver a encontrarnos, a dialogar y a pensar colectivamente cómo mejorar nuestras condiciones de vida”, comenta el educador popular. Además, subraya el interés que ha despertado en las familias, quienes ahora no solo participan en los talleres, sino que también demandan más espacios de capacitación.
Según el referente de SEHAS, uno de los impactos más significativos ha sido la revitalización de la comunicación entre los vecinos y vecinas, quienes, motivados por la posibilidad de mejorar sus viviendas y enfrentar colectivamente problemas como el dengue o las temperaturas extremas, se han vuelto más participativos y proactivos.
Un futuro prometedor
El proyecto de ciencia ciudadana sigue su marcha y durante el segundo semestre de 2024, continuarán activamente con los talleres, donde las familias, junto con estudiantes y los equipos de investigación, construirán dispositivos como mosquiteros y burletes para mejorar el confort y la eficiencia energética de las viviendas.
Esta iniciativa es una muestra de que la ciencia, cuando se combina con la participación ciudadana, puede convertirse en una herramienta poderosa para el desarrollo social y la sostenibilidad. En Villa Siburu, la Ciencia Ciudadana como herramienta es una apuesta para mejorar las condiciones habitacionales, fortalecer el tejido social y empoderar a la comunidad para ser protagonista de su propio bienestar.
Por Guadalupe Demichelis. Programa de Prácticas Preprofesionales, Facultad de Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).